<<Llega la primavera. El aire se carga de polen. Y nadie, ni
personas ni perros, quedan a salvo de sus efectos. La alergia al polen también
afecta al perro, recuerdan los veterinarios. Los picores y las rojeces en la
piel son señales para reconocer a un can con
alergia primaveral. A continuación se explica, además, cómo reducir
los efectos de la alergia al polen en los perros en casa.
La alergia al polen también afecta al perro
El calor, las lluvias de estos meses, el aumento de las
horas de luz... La primavera irrumpe con fuerza y, con ella, las temidas
alergias. Seis millones de españoles sufren alergia al polen, asegura la Sociedad Española de Alergología e Inmunología
Clínica.
Pero los humanos no somos los únicas que sufrimos los
efectos de primavera: cada vez más perros y gatos son alérgicos al polen,
afirman los expertos. Uno de cada siete perros padece algún tipo de alergia: "El número de perros
alérgicos ha crecido de forma espectacular durante los últimos
años", afirma revista digital científica WebMd. Hasta el punto de que casi
uno de cada siete perros padece algún tipo de alergia, no solo al polen primaveral sino
también a las pulgas, a los alimentos,
al polvo e, incluso, a ciertos tejidos, como el nailon.
Al igual que ocurre en las personas, las alergias caninas
implican que el sistema inmunológico del perro reacciona de un modo exagerado
ante la presencia de ciertas sustancias. En el caso de las alergias al polen en
perros, el animal es demasiado sensible (tiene hipersensibilidad) al polvillo
cargado de gametos masculinos que liberan los vegetales durante la primavera
con el fin de reproducirse.
Reconocer la alergia al polen del perro en casa
Mientras que algunos de nosotros nos armamos con antihistamínicos
-y hasta mascarillas- con el fin de no inhalar el polen, para el perro es más
complicado esquivar los granos. Por eso, cuando la primavera explota, conviene
reconocer al perro alérgico, con el fin de protegerlo de sus adversos efectos.
La primera pauta es vigilar el comportamiento del can. Un perro
alérgico se rasca y lame con demasiada frecuencia para frenar el picor. Esta
una señal llamativa que puede advertir de que es hora de visitar al
veterinario. Un can que se rasca la piel con las patas, e incluso muerde la
zona afectada, es difícil de ignorar.
Estos comportamientos compulsivos son señales de que el
peludo amigo puede ser alérgico al polen. La picazón (prurito) suele extenderse
al hocico y alrededor de los ojos. Además, puede afectar a los ojos, a los oídos -e
infectarlos- y también a las axilas, donde piel del
perro es más delicada.
Otra señal: piel roja durante la alergia del can
El perro alérgico se restregará y lamerá con especial ansia
durante sus salidas al aire libre. Este comportamiento será aún más frecuente
si pasea por zonas con vegetación a la que sea sensible: bien sea el césped u
otros tipos de plantas o arbustos.
Un perro alérgico que inhala polen puede sufrir una
virulenta reacción en su cuerpo. Un can con alergia al polen presentará rojeces
en la piel e, incluso, pérdida de
pelo. Como respuesta a las evidentes molestias, el can con alergia
lamerá de un modo compulsivo la piel. El picazón del perro aparece durante la primera, y el perro
se muerde, lame o frota con objetos para aliviar las molestias. De hecho, cerca
del 70% de las
enfermedades de piel en el perro se deben a algún tipo de alergia.
Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, hay que
acudir al veterinario. El médico canino podrá tratar al perro y, cuando sea
necesario, proporcionarle una medicación adecuada que le proteja del polen.
Reducir en casa el efecto del polen en perros
Las alergias al polen en perros, como ocurre en las
personas, no suelen desaparecer. Pero algunas medidas sencillas sí ayudan a
minimizar sus efectos.
La primera premisa es alejar el polen (o sustancia
alergénica) del can. Un consejo es limpiar con atención las patas y almohadillas
del animal tras los paseos.El espacio libre entre las almohadillas del can es un
escondite perfecto para los granos de polen. Por ello, hay que prestar especial
atención a esta parte y eliminar cualquier resto.
Los baños del
perro son otra eficaz forma de acabar con los restos vegetales que
hayan podido quedar atrapados en el pelaje del amigo de cuatro patas.
Pero todos los habitantes de la casa pueden ayudar a que la
vivienda permanezca lo más libre posible de polen. Para lograrlo, es esencial utilizar
el felpudo, para arrastrar el polen que haya podido quedar atrapado en las
suelas de los zapatos. Y, mejor aún, descalzarse y utilizar un calzado distinto
en casa: libre de polen.
Por último, es muy importante no ejercitar a un perro alérgico cerca de la vegetación a la que es vulnerable. Hay que evitar la actividad física del can en una zona de riesgo, ya que la reacción alérgica aún puede ser más intensa.>>
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