(Texto retomado del sitio Suite101: http://suite101.net/article/la-caninoterapia-y-sus-beneficios-a81475)
<<Es bien conocido el apoyo que personas ciegas y sordas
pueden recibir de perros adiestrados especialmente, sin embargo no todo mundo
sabe de su intervención en el tratamiento de muy diversos padecimientos, lo que
se conoce ya como caninoterapia.
La caninoterapia no cura pero ayuda
La caninoterapia forma parte de la llamada Terapia Asistida
con Animales (TAA) que en la mayoría de los casos utiliza animales de
compañia sobre todo perros, aunque también puede conseguirse apoyo
igualmente útil de aquellos que no son compañeros habituales de los seres
humanos, los delfines por ejemplo y cualquier otro animalito cuyo contacto
procure, sobre todo, ganas de vivir.
Es importante advertir que la intervención de perros de
terapia no cura las enfermedades en sí, pero influye significativamente sobre
el estado de ánimo de los pacientes quienes a través de actividades de
interacción, recomendadas por los entrenadores expertos (en colaboración con
los médicos tratantes) optimizan la salud
emocional, lo que a la larga redunda en el aumento de capacidades
personales y consecuentemente mejoran la calidad de vida.
Entre las actividades de interacción probadas se encuentran
desde una simple sesión de caricias-lengüetazos del perro, hasta un conjunto de
ejercicios procurados, por ejemplo, por medio de un simple empujón del
perro-terapeuta para que el paciente, a su vez, se esfuerce estirando y
encogiendo algún músculo o lleve a cabo, en general, ejercicios
diversos. Otra estrategia utilizada es la de dar capacitación al
paciente para que sea él mismo quien entrene al perro, sobre todo cuando el
enfermo es también el propietario del animal y, por lo tanto, tendrán la
posibilidad de interactuar de manera cotidiana.
Candidatos idóneos para la caninoterapia
Entre quienes pueden verse más beneficiados con la
caninoterapia se encuentran los niños con parálisis cerebral, autismo,
síndrome de Down e hiperactividad; adolescentes y jóvenes que sufren
adicciones; adultos mayores con alzheimer; personas de cualquier edad que
sufran depresión. Incluso enfermos recluidos en centros psiquiátricos y
reclusos en cárceles y centros de readaptación.
La caninoterapia como alivio emocional
Una persona enferma no puede pretender sentirse del todo
bien si no logra un buen estado de ánimo; por lo tanto evitar las emociones
negativas que se experimentan cuando se tiene un padecimiento (de cualquier
tipo y severidad) es un requisito indispensable para mejorar.
De entre las estrategias recomendadas por los terapeutas
está la de utilizar distracciones internas como rezar
por ejemplo, o decirse a uno mismo “puedo aguantar”. También actividades
externas como escuchar música, o pasear en un parque y, por supuesto,
encargarse de cuidar a otros entre los que se cuentan las mascotas, de
preferencia los perros.
Entrenar un perro, darle de comer, asearlo, conversar con él,
amarlo, no solo brinda la sensación de ser responsable sino que realmente se
está siendo responsable de otro y, si se es capaz de cuidar a otros, con
eficacia, se estará también en posibilidad de hacerse cargo
de uno mismo.
El hecho de que un paciente experimente que el perro de
terapia lo reconoce, responde a su llamado, obedece sus órdenes, camina a su
lado, se sienta junto a él, le muestra cariño y fidelidad, representa un
recurso emocional inagotable para lograr el desarrollo de habilidades sociales
y de comunicación (hablar con otros, escucharlos, tocarlos, mirarlos a los
ojos) así también para relajarse física y emocionalmente, para controlar la
ansiedad y, en síntesis, sentir que se logran objetivos y se alcanzan metas que
parecían antes imposible.>>
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